Murió mientras hacía balance en la empresa.
Le cayó un rayo al tiempo que sembraba bajo la tormenta. Un conductor borracho le arrolló al tiempo de su salida de la ambulancia. Pasó debajo de un andamio que fue construido con fósiles supersticiosos. Caminó hacia el osario sin descubrir que había perdido las vísceras y la carne. Se atravesó del pitón que ocultaba su capote. Perdió la espada y encontró al enemigo en el campo de batalla. Esperó parar al último tren de pié en las vías. Se bebió desesperado el brebaje que había preparado para ofrecer a su víctima. Cayó lanzado como un hacha desde aquella última rama. Disparó a un espejo de balas que rebotan. Lanzó su alma al río mientras la corriente bajaba. Se armó de bombas para al final explotarlas. Fue humano hasta el momento en que el cuchillo cortaba. Se acercó a las trincheras que aún tenían gas mostaza. Se perdió en el hielo... y allí quedó su momia sagrada Murió de sed cruzando el Sáhara. Aun así, vivió hasta la nada. DR. MGF REVIENTA POESÍA. |
martes, 3 de enero de 2017
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