martes, 3 de enero de 2017

Debían ser rojos y de aguja afilada
esos zapatos de los que cayó el eden
aparentemente espadas en el suelo
y picas en un flandes del querer.

Debían ser charoles brillantes de destellos
los destellos del andar con ambos pies
sin apariencia de ser más que una estampa
que se vende como gusto a merecer....

Debían envolver uñas pintadas.
y sabían que lo suyo no era hacer de piel...
tan frágil cuando se pisan las gravas
que nos hacen el camino a recorrer.

Zapatos que acabaron retorcidos
entre ladrillos y adoquines al correr
correr tras el sueño prohibido...
de un hombre en azul atardecer.

Zapatos que quedaron zapatillas
o desnudos hacia el aire ambos pies...
¿Quien habló de tus ojos si él miraba
la rotura de un tacón de tu niñez?

No valdrán los zapatos, sean rojos
o verdes o de un negro amanecer
si el camino de vuelta es sin zapatos
y los tacones se quedasen por volver.

Que allá donde se cruzan los caminos
no hay zapatos que se queden en los pies.

DR.MGF.
REVIENTA, POESÍA.
(Esto es una letra para una canción; y cada cual que saque sus conclusiones)

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