jueves, 26 de mayo de 2016

Me quedé ahí 
en ese asombro que te da la soledad...
Habíamos hablado tanto tiempo de la espera
que se había convertido en compañía.
Se había transmutado en un compartir sombras
anhelos, esperanzas, tristezas y alegrías
recuerdos, aforismos, desengaños
que en la espera compartíamos.

Me quedé ahí
sentado al borde de un periódico
con la foto difuminada de un engaño
mientras que mi reloj no funcionaba
y mi tren, en algún sitio había parado.
Los megáfonos de la estación callaban en balde...
las noticias de avería siempre llegan
tarde como los trenes del olvido.

Me quedé ahí
aterido de ese frío horripilante
que nos envuelve cuando ya vamos mirando
si por casualidad a esa parada llega alguien
a esperar su tren y darnos un instante...
un "Hola" ¿Dónde va? ¿Cual es su destino?
y no saber siquiera responderle
pues creo que mi parada equivocada
ya no me llevará a ningún sitio.

Me quedé ahí
esperando y deseando la avería
de ese último autobús que no llegaba
pero que equivocó su hora de salida
y me quitó la compañera deseada...
más... ¿que hice yo que no subía,
diciéndole a la vez que me subiese?:
Me voy contigo pues ya no espero
otro final de ruta SI NO ES CONTIGO
charlando mientras tanto va el viaje
hasta la última estación de tu diario.

Me quedé ahí
mirando hacia la nada
que sonaba a blues sin ritmo
en mis esperas
me quedé ahí
bajando ya los brazos
tarareando la canción
que cantó ella...

DR. MGF.
NUEVE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario