domingo, 20 de septiembre de 2015

Esas melodías que acompañan
los relojes que no han muerto pero siempre están aquí
y están para salvarnos del olvido y de esa tontería
que al final es el vivir.
Esas cosas que entre las manos
o entre las piernas se pudieron escurrir
y que están para sabernos convencidos que no hay día
que no quede por volver a descubrir.
Esas melodías que entre sueños
se volvieron calendarios, notas, sueños, hoy aquí...
mañana allí.
Y que están para salvarnos del pasado y de esa tontería
que nos quiere interrumpir...
El último lazo vital...
esa canalla que nos envejece
y que es tormenta mientras el tiempo pasó
y, sin embargo, nos da fuerza en seguirlas
y bailar con ellas todo...
lo que el mundo nos dejó.
¿Podrían ser oscuras maravillas
quienes no dejan un verso que perviva por amor?
Yo no me fío nunca de quien dice
que antes que a sus hijos
sirve a su señor.
Esas melodías que nacieron
de relojes embriagados del perfume de una flor
y están para salvarnos la memoria, y de esa tontería
que no muere en nuestro fin.
Esos diamantes forjados
en un día o una noche, o en el verbo existir,
que están para siempre recordarnos que no hay día
que no quede por cantar o por decir...
Esas melodías que entre sueños
se volvieron calendarios, dibujos en algún diario
de los que no hay que escribir.
Y que están para salvarnos de nosotros y de esa tontería
que nos quiere interrumpir...
el último lazo vital...
ese tiempo que nos ciega
y es un nudo que el futuro nunca desató
y, sin embargo, nos da días en amarles
y enseñarles la frontera del amor...
¿Podrían ser malvadas las estrellas
si no dejan que un verso sobreviva por amor?
Yo no atendería a los caprichos
de quien nunca tuvo hijos
y nunca los sintió.
MAÑANA PONDRÉ TÍTULO A MIS SENTIMIENTOS.
DR. MGF.
DEDICADO A MIS HIJOS Y A LOS HIJOS DE TANTOS PADRES Y TANTAS MADRES QUE ESTAMOS ORGULLOSOS DE SERLO.

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