martes, 30 de diciembre de 2014

Hay días, no se bien por que, que dan ganas de suicidarse uno... así como quien tira zeta zeta a las moscas. Plantarse en el espejo y pegarse un tiro mirándose fríamente como se auto-mata uno... como pasa la bala de sien a sien sin más dirección que el tiempo que ha surgido entre un disparo y una muerte... pero luego pensamos fríamente y nos queda trabajo por hacer: Antes de suicidarnos nos llevaremos por delante a tod@s los que nos han obligado a tomar esa decisión, sea de una forma directa o indirecta... Antes de suicidarnos, mataremos a tod@s l@s malas personas que sepamos que existen, para darle una oportunidad a las buenas que queden... Antes de suicidarnos brindaremos con champán por las desgracias de los que no tienen compasión, con el dolor de los que se mofaron del nuestro, por los minutos que perdimos dando oportunidades a quienes nunca llegaron, por la esencia vital de los condenados sin justicia... Antes de suicidarnos, desearemos que este mundo no fuese como es y que esa bala nunca llegue a su destino, que la pólvora no exista, que no existan los odios y envidias que nos han llevado a esa situación... que aquellos que sufren no sufran más y que aquellos que pudiesen sufrir con nuestra muerte no la sufran... Que ellos no sufran la vida que les dejamos. Suicidémonos pues, pero antes, eliminemos los odios, la pólvora, las balas, los malos sentimientos, el sufrimiento de nuestros congéneres, de nuestros amigos, de nuestra famila. Suicidemonos pues, pero suicidemonos a gusto mirando como la bala se queda en el cargador y la pistola no existe, cambiemos, muramos como ese ente suicida y renazcamos ante todo el bien que le falta a ese mundo que nos obliga a morir, a auto-matarnos, a asesinarnos poco a poco y con premeditación y alevosía... Sí señor, suicidemos esa concepción de ese mundo y mirémonos al espejo diciendo que hay algo mejor que una bala que puede atravesar nuestra cabeza de sien a sien: el pensamiento; el renacer; el olvidarnos de ese mundo asfixiante y pensar... que mañana será otro día... y nos habremos reencarnado sin haber muerto, sin habernos matado, sin haberle dado ese gusto a la mala gente de poder hacer comidilla y corrillo sobre el color que tenía la bala... o cual era la marca de la pistola.
Suicidémonos pues y mandemos a tomar por culo a toda esa escoria.
Feliz dia-noche de los inocentes... Yo me dispongo a suicidarme un poquito solamente. je,je ,je.....

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